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Avenida de Logroño
La depresión de la nacional de Barcelona junto a la avenida de Logroño, así como la remodelación de accesos entre Arturo Soria y el nudo de Eisenhower, entrará, según estos presupuestos, en su última fase, la de obras, aunque sea «arrastrando» 8 años de retraso por lo que merece especial atención.
El Ministerio de Fomento parece ahora dispuesto a cumplir el convenio que firmó con el Ayuntamiento en 1996 por el que se comprometía a realizar esta obra, mientras los responsables municipales se hacían cargo de remodelar el Puente de Ventas, cuya inauguración se realizó dos años después. Incluso, se repartieron la financiación de ambas actuaciones, el 64 por ciento correspondió a Fomento y el 36 restante a las arcas municipales.
Durante las dos legislaturas del PP, primero con Arias Salgado como ministro y luego con Álvarez-Cascos, ese convenio ha sido prácticamente «papel mojado». Lo único que se hizo fue la redacción del proyecto, por lo que ahora el Ministerio de Fomento sólo está pendiente de adjudicar las obras.
Prueba de las buenas intenciones del Ministerio son, junto a ese dinero que aparece en los presupuestos, los anuncios de expropiación de terrenos que, durante este verano, se han estado publicando. Así lo reconocieron fuentes de Fomento que aseguraron que «casi todos los terrenos necesarios para realizar la obra están ya contemplados y existe reserva viaria».
Glorieta en superficie
El objetivo principal de esta obra es dotar de continuidad a la avenida de Logroño con la calle de Alcalá para lo que se construirá, en superficie, una glorieta que, según el proyecto original, contará con calzadas de dos carriles cada una y una amplia acera peatonal en todo su perímetro. Con ello, se facilitará la conexión directa entre los vecinos de ambas márgenes de la nacional, al tiempo que se evitará un punto conflictivo para el tráfico.
Naturalmente, para poder realizar esa glorieta será necesario deprimir el tronco de la carretera de Barcelona a lo largo de casi un kilómetro, entre el acceso a Canillejas y la M-40.
La obra será complicada dado el volumen de tráfico que soporta diariamente la A-2, pero las intenciones del Ministerio pasan por mantener la circulación en todo momento, ya que siempre se dejará en servicio una de las calzadas y además se establecerán servicios provisionales para mantener el ritmo normal del tráfico.
Vías de servicio
Junto a la depresión de las calzadas de la nacional y la construcción de estructuras para la futura glorieta, el proyecto abarca también la reordenación de todos los accesos entre los puntos kilométricos 5,3 y 10,2, situados entre la calle de Arturo Soria y el nudo de Einsenhower. En algunos casos será necesaria la construcción de vías de servicio, ya que sólo el tramo más cercano a Arturo Soria cuenta con ellas, aunque tendrán que ser remodeladas.
Estas vías de servicio, situadas a ambos márgenes de las nacional, se han diseñado con dos carriles cada una. Serán unidireccionales, es decir, la vía de servicio de la margen derecha funcionará en sentido Madrid-Canillejas, partiendo desde la calle de Josefa Valcárcel. La margen izquierda servirá de retorno y desembocará en Arturo Soria por la misma calle en que lo hace actualmente, Gregorio Benítez.
Mucha obra en la A-2
El motivo de dotar a esta obra de vías de servicio es, fundamentalmente, atender los grandes desarrollos urbanísticos existentes a lo largo de este tramo de la nacional de Barcelona hasta la Ciudad Pegaso que han generado un incremento importante en el tráfico.
La inversión, según los presupuestos de Fomento, será de 13,5 millones de euros, de los que 6,5 corresponden al próximo ejercicio, 5,5 al de 2006 y 1,2 millones a la anualidad de 2007.
Los conductores habituales de esta carretera pueden, por tanto, encontrase en el próximo año con dos obras en los primeros kilómetros del trazado ya que, no deben olvidar, el Ayuntamiento va a remodelar el enlace de la A-2 con el tercer cinturón. Esta obra, cuyos primeros pasos ya han empezado, tiene un plazo de ejecución de 14,5 meses. Así que ambas actuaciones podrían coincidir en fechas.