UN PARÓN DE LA CONSTRUCCIÓN DESPLOMARÍA EL CRECIMI

¿Depende la economía española del sector de la construcción?

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La economía española se ha echado definitivamente en manos del ladrillo. O, mejor dicho, el futuro económico más cercano depende directamente del sector de la construcción, que no sólo es el que más crece sino que, además, es el que realmente está soportando la actividad económica.



En concreto, la construcción está creciendo a un ritmo del 5,4%, tres veces más que el conjunto de la actividad económica, y pese a representar únicamente el 8% del Producto Interior Bruto, en estos momentos aporta el 23% de la actividad económica. En otras palabras, prácticamente la cuarta parte del crecimiento se debe a este sector, lo que explica sin lugar a dudas el calentón que está sufriendo el mercado de la vivienda.



La situación es tan dependiente del ladrillo que el colectivo Augusto Platón, que agrupa a catedráticos, profesores y expertos en economía laboral, ha calculado que si el sector de la construcción sufriese un parón, “el ritmo de expansión de la economía descendería a cotas del 1,4%”.



Lo que es peor, este colectivo estima que “si se añade el efecto arrastre sobre el resto de la economía, el crecimiento económico se desplomaría hasta un paupérrimo 0,8%”.



Lo que ocurre en España no es, desde luego, comparable con lo que sucede en la Unión Europea, donde la construcción apenas representa el 5% del PIB, habiéndose registrado en el último año una contracción del 0,7%, lo que pone de manifiesto que el alza de precios de la vivienda (empujado por el `boom´ constructor) es un fenómeno interno.



Los economistas aportan un último dato. En 2002 la construcción representó el 60% de la formación bruta de capital fijo (inversiones), lo que supone el porcentaje más alto de los últimos 20 años.



Con estos datos a la vista, y aunque el encarecimiento de la vivienda pueda tener un coste electoral, no es de extrañar que el equipo económico del Gobierno no quiera saber nada de cómo abaratar el precio del suelo. Y es que lo peor, para sus intereses, sería presentarse a las elecciones con un crecimiento cercano al 0%.



Cada cual que saque sus conclusiones.

Saludos.