No tengo hijos, no necesito un colegio ; no tengo vídeo, no necesito videoclub ; soy diabético, no necesito pastelería ; voy en silla de ruedas, no necesito polideportivo ; no estoy en el régimen general de la seguridad social, no necesito hospital público.....
Soy creyente, me gustaría tener cerca una iglesia en la que rezar por todos los que considero mis hermanos, me gusten o no, me enfade a veces con ellos o no, rece en latín, en árabe o hebreo, para mí, todos son el mismo Dios y todos vosotros mis hermanos. Me gustaría transmitir un mensaje de paz y humanidad.
«Dios prepara para vosotros un porvenir de paz y no de
desgracia ; Dios os quiere dar un futuro y una esperanza (Jeremías,29,11. S. VI a. de C.)»
"Multitudes aspiran hoy a un porvenir de paz, a una
humanidad liberada de las amenazas de la violencia."
Éste es el principio de una carta que escribió el hermano Roger de Taizé este año destinada a los que buscan un futuro de paz. El hermano Roger, protestante, fundó en Taizé un movimiento ecuménico que busca la unión de las iglesias en pos de la paz. Ha sido asesinado este verano a la edad de 95 años en la propia Taizé.
Si con este mensaje pudiera haceros llegar un simple respiro a la agresividad, me conformaría. Durante siglos, los humanos han buscado en la religión un sentido de lo trascendente necesario y diría que connatural a su ser.
Algunos lo manifiestan a través del recuerdo de la cena de despedida de sus amigos que celebró Jesucristo antes de morir ; otros, lo celebran con oraciones repetitivas, meditación, comidas especiales, danzas, cánticos...
Las formas son tan variadas como seres humanos hay en el mundo.
La semilla del odio se transmite y se dispersa con facilidad. Más difícil es que la paz germine pero con un poco por parte de cada uno de nosotros, llamémoslo solidaridad, amor, caridad, tolerancia, respeto..., seguro que conseguimos que haya un futuro mejor... y un presente digno.