La verdad es que se están pasando...
Ayer venía yo de comprobar que el riego automático funciona correctamente y me detuvieron en la rotonda recién plantada, una monada.
Insistieron en que les mostrara los papeles de la falda Colorblock que llevaba, una Michael Kors tritono que compré en Le Marais y que me costó un Perú, supongo que no les cuadraba con el coche de color Mariana Blue Pearl y desperté sus sospechas. Por lo visto han estado vendiendo prendas falsificadas de M.K. y van detrás de ellas.
Menos mal que el agente que me atendió, un hombretón, amabilísimo y muy comprensivo, había estudiado algo de francés en el tiempo libre que le dejó el gimnasio cuando las pruebas de admisión y comprendió a la perfección los datos de la factura que, por casualidad, llevaba en el glovebox.
Se disculpó, me dijo que cumplían órdenes de un tal Matambres, o algo así, y sin quitarme ojo mientras me subía en mi coche, me saludó muy marcial.
Fuíme y no hubo más.
Dios, qué tropa.