Madrid está convirtiéndose en lo que quieren sus políticos. Una ciudad del consumismo que genere lo que ellos entienden por "riqueza".
Para ello los gastos deben ser mínimos y los ingresos máximos. Los árboles exigen un cuidado, los bancos una inversión y las fuentes un consumo. Además y más importante hacen que la gente esté parada sin consumir en el banco, ahorre en bares con la fuente y esté fuera de los locales climatizados gracias a la sombra de los árboles.
Por supuesto la calidad de vida disminuye brutalmente, el parque de bolas no puede competir con un cesped bien cuidado en eso. La calidad del aire se enmascara cambiando medidores y ya no es problema...
Os traigo otro artículo que habla del tema. De la revista más profunda que tenemos en España ahora mismo (aunque justo este artículo sea de lo más mediocre):
Madrid se convierte en un enorme centro comercial