Hola vecinos.
Me he quedado casi sin comer, pero me he puesto a escribir y no podía parar. Si a alguien le entretiene un rato, ha merecido la pena.
19 de enero de 2006, once horas.
Alberto se dirigió hacia su Gabinete de Prensa silbando por los pasillos. Entró en la dependencia mirando a las paredes y suspirando para sus adentros – a ver si me acondicionan ya el palacio y me llevo allí los trastos, cueste lo que cueste. Tengo ganas de poder mirar a la diosa desde arriba. Localizó a Ramírez detrás de una mesa llena de papeles y se dirigió hacia él.
-¡Escriba!, tenemos que hacer un escrito.
En la oscura sala solo estaban Alberto, el escriba y la conciencia del escriba, sentada a un lado de la mesa. El escriba y su conciencia al unísono dieron los buenos días al Alcalde pero sus palabras quedaron tapadas por los impulsos del visitante.
-Toma nota –dice– que vengo de reunirme con unos amiguetes y no están contentos de la rentabilidad que le dan los negocios que llevan a medias con nuestro Ayuntamiento. He decidido darles todo lo que me pidan.
Arrepintiéndose rápidamente de sus palabras observó que el escriba le miraba con sus ojos muy redondos. Ramírez aún recuerda cuando, hace tiempo, el Alcalde no se separaba de su propia conciencia. Iban juntos a todas partes y eso se notaba, ya que esta le aconsejaba, frecuentemente de forma acertada. Esto le hizo ganar votos incluso de aquellos sectores que tiempo atrás ni se lo habrían planteado. Ahora cuentan que su conciencia tiene su sitio en el ropero del despacho y que no la saca, dice, porque no le combina con la gomina del pelo.
- Apunta –la conciencia del escriba miró con incredulidad, al escriba le temblaba extrañamente el lápiz entre los dedos– Una franja verde...
El escriba pensó que hubiera ganado tiempo si hubiera empezado a escribir antes de que Alberto hablara, puesto que últimamente, ya se inaugurara una biblioteca o un tramo de la calle 30, todos los escritos comenzaban igual.
- ...una franja verde de 23.021 metros cuadrados dará continuidad al Anillo Verde Ciclista a su paso por el barrio de Montecarmelo y protegerá el cementerio de Fuencarral de la autovía. –Alberto sonreía orgulloso de la frase que había enlazado en un momento.
La conciencia del escriba no había visto nunca que una franja verde protegiera un cementerio de una autovía, pero se quedó a la expectativa de las palabras del Alcalde. La frase no sonaba mal, aunque no era la primera vez que veía en ese despacho cómo vestían la mona de seda, y ¿a quién no le gusta que le protejan y que le pongan una franja verde?.
- Además, -siguió el Alcalde- la entrada para coches situada actualmente cercana a las viviendas del ámbito, se trasladará a una zona más alejada de las mismas. El actual acceso al cementerio será, por tanto, exclusivamente peatonal y estará rodeado de una zona verde de 6.183 metros cuadrados que dará continuidad a la existente. La necrópolis quedará prácticamente rodeada de una franja vegetal.
El escriba no paraba de anotar, y su conciencia también iba contando las palabras bonitas que iba diciendo el Alcalde. Por un lado, el Alcalde estaba dejando claro que el acceso actual estaba cercano a las viviendas del ámbito y por tanto, el conjunto funerario actual y el futuro estaban cercanos a las viviendas del ámbito. Suficientemente cerca como para que se planteara en este momento modificar la ubicación del acceso. Pero por otro lado, a las bonitas palabras del primer párrafo podía sumar alguna más. Peatonal era una palabra que le gustaba y de nuevo aparecían las referencias ecologistas de zona verde y franja vegetal. Pero empezó a deducir que las soluciones del Alcalde no estaban demasiado claras. ¿Cómo se podía considerar una solución modificar el acceso de vehículos un poco más allá si los coches que tienen que entrar por un poco más allá tienen que pasar por delante de un poco más acá, o sea por delante del bonito acceso peatonal planificado?.
-¡No te distraigas escriba, que sigo!: ...y así lo establece el Plan Especial, aprobado hoy inicialmente por la Junta de Gobierno, que afecta al cementerio y a su entorno. El Plan General prevé la ampliación de esta necrópolis, y el Plan Especial reordena los espacios, creando una franja verde que rodeará casi todo el recinto, y fija la ampliación en 71.373 metros cuadrados. De esta forma, el cementerio de Fuencarral contará con 136.690 metros cuadrados, que paliarán la insuficiencia de la superficie actual. En el espacio objeto de la ampliación, situado en la zona más cercana a la M-40, habrá un tanatorio y un crematorio.
La conciencia del escriba dio un respingo en el asiento. ¡Ahí estaba la sorpresa de los huevos, kinder!. Al escriba, su profesionalidad le impidió dar ninguna muestra más que un arqueo de su ceja izquierda, gesto que no pasó inadvertido para su interlocutor, que siempre había sido el primero de la clase. Alberto pensó que si con este párrafo, a su habitualmente inexpresivo escriba se le había movido el rictus, probablemente hubiera conocido algún movimiento más de su cara si le hubiera contado los planes para la segunda fase: ¡¡¡Un parque temático funerario!!!. Mientras el Alcalde repasaba este pensamiento, la conciencia del escriba, en su asiento, calculaba que la gran franja verde que ofrecía el Alcalde como envoltorio de papel de seda, era de una dimensión de bastante menos de la mitad de la ampliación del cementerio.
-La ampliación está prevista desde hace muchos años, en el último PGOU, así que los vecinos no se podrán negar -decía el Alcalde entre sonrisas, ocultando que la gran franja verde que rodearía al recinto y que ofrecía ahora como novedad también estaba prevista en el mismo Plan y el anillo Verde Ciclista, también.
-y sigo, escriba : ... Por otro lado, el Plan prevé el traslado de dos parcelas destinadas a equipamientos, ahora situadas junto al actual acceso rodado, con el fin de alejarlas del recinto del cementerio. Se ubicarán junto a la futura rotonda de acceso y el actual viario de acceso al recinto. El destino concreto de estos equipamientos se definirá en un futuro en función de las necesidades del distrito.
La conciencia del escriba ya no era capaz de mantener las formas en su asiento, y explotó al escuchar los argumentos. –Eres un demagogo, en su más estricta definición – le dijo, pero sus palabras no llegaron ni al primer nivel del pedestal del Alcalde. -¿Por qué las dos parcelas destinadas a equipamientos se trasladan para alejarlas del recinto del cementerio?. ¿No estarás insinuando que no es el mejor sitio para poner un equipamiento?. Entonces ¿qué hacemos con las viviendas, que están ahí antes de tu crematorio/tanatorio? ¿Las movemos también a la entrada del PAU? ¿Cómo a estas alturas todavía no sabes las necesidades del distrito que no puedes llevarlas a cabo en las parcelas destinadas, pero si ves necesario un tanatorio/crematorio?. La conciencia del escriba recordaba los datos del padrón municipal que se harían públicos en unos días
http://www.munimadrid.es/estadistica/Padron012005/D08.pdf donde para el barrio de Mirasierra, el más cercano al PAU, se fijaba una media de edad en la población de 34,30 años y, probablemente en el propio PAU esta media de edad estaría bastante por debajo. ¿No serían necesarios equipamientos para ese rango de edad más que tanatorios/crematorios? ¿Necesitas ideas?. El tema rozaba el absurdo.
-y ya concluyo, escriba con: ... asimismo, el Plan Especial recoge un estudio del actual cerramiento del cementerio y propone soluciones para suprimir su efecto barrera mediante cerramientos permeables visualmente. Tras la aprobación de este trámite, el Plan Especial estará sometido durante un mes a información pública./
Después de que su jefe dijera esto el escriba respiró hondo y su conciencia que ya había perdido todo el respeto por el Alcalde dijo algo parecido a “¡después de esta cagada no se te olvide tirar de la cadena!” y otras lindeces como “ y a la estación de metro la podemos cambiar el nombre a < < metro Tanatorio > > o mejor, < < Puerta hacia el Cielo > >”.
Y el Alcalde salió del despacho comentando con el primero que pasaba que como el nombre de “Tanatorio Norte” había sido usurpado por la competencia, se establecería como nombre el de “Tanatorio de Montecarmelo” y que se pondrían carteles con una cruz por todas las carreteras aledañas, indicando cómo llegar al Tanatorio aprovechando que no había otra indicación de cómo acceder al barrio, recordando que algún email le había llegado al respecto.
Pero deshizo sus pasos para volver a entrar en el despacho, preguntando de forma retórica, “¿Alguien sabe dónde está Montecarmelo?”.
Nota: Los hechos y personajes son totalmente ficticios, en particular la conciencia del Alcalde. Cualquier parecido con la realidad es culpa de la realidad que, a veces se empeña a parecerse a la ficción.