Es totalmente cierto que la comunicación de Parla Natura es muy deficiente.
De hecho, el mismo concepto con el que se creo el área es erróneo. Parla no necesitaba otro centro comercial y sí un parque empresarial que es lo que crea riqueza y empleo.
No sé las condiciones que ofrecieron a John Deere para que se instalara allí pero ese es el tipo de establecimientos que hacen falta en Parla. Un área de esas características necesita además muy buenas comunicaciones. La ubicación estratégica ya la tiene. Parla es, según se viene a Madrid por la autopista de Toledo, la primera ciudad importante de la provincia. Además, una Parla Natura bien desarrollada necesitaría autobuses, accesos directos desde y hacia ambos sentidos de la autopista, comunicación con Humanes o Fuenlabrada, etc.
Precisamente la zona tenía antes un acceso muy bueno desde Parla unos 200 metros más al Norte, en la zona de Las Lagunas. Era un puente ya construido pero sin asfaltar ni abrir al tráfico, válido para automóviles y peatones. Pero se prefirió desmontar (no sé cuanto dinero le costaría a Fomento) y el ayuntamiento en su lugar, construyó la pasarela peatonal y de bicis (tampoco sé lo que costó pero seguro que no fue barata). Esto demuestra que no existe coordinación alguna entre las administraciones, algo totalmente necesario para el desarrollo
Una vez se tienen buenas comunicaciones, deben ofrecerse las mejores condiciones para que las empresas se instalen en la zona. Yo, personalmente, creo que la ingeniería, la investigación y el desarrollo, las nuevas tecnologías, etc. son los sectores que hay que atraer hacia un parque empresarial de nueva creación. Incluso podría haberse hecho por parte del ayuntamiento un edificio para vivero de empresas, aunque fuera en colaboración con la comunidad o con las Universidades; es algo que a mi juicio era mucho más urgente que las viviendas públicas para alquiler, que todos sabemos como han terminado.
No es lo mismo inflar la promoción inmobiliaria para llenar a toda costa una ciudad de gente que luego queda sin medios para ganarse la vida, que crear primero esas condiciones socio-económicas que luego atraen por sí mismas el desarrollo inmobiliario sin apenas intervención pública.
Es el cuento de siempre, despilfarro tras despilfarro y al final todo queda como un erial.