Efectivamente, hace unos 10 ó 15 días, íbamos mi marido y yo paseando por esa calle, y, a la altura del metro Blasco Ibáñez vimos una panda compuesta por un chico y 3 chicas. El chico estaba destrozando a patadas los cristales de las puertas de entrada al metro, mientras las chicas le reían la gracia. Mi marido, desde la distancia, les grito: ehhhhh!! y salieron corriendo. La verdad es que fue muy triste y frustrante no poder hacer nada. No sé cómo podríamos actuar ante un caso así!!!!