Gracias por vuestros consejos... jo, qué bien está esto de plantear problemas y que siempre haya alguien dispuesto a responder, gracias, tíos.
Luiskane, el caso es que yo soy ultra-vaga-de-la-muerte para cocinar, y, de hecho, pues es un hecho, no me cocino nunca. Eso significa NUNCA. No he usado la campana ni uso la vitro NUNCA. Vamos, que yo soy de bocata y frutos secos :-)
O sea que no puede ser por el olor a comida impregnado, si cupiera esa posibilidad, ya habría pensado en ella.
Por eso se me ocurrió comentarlo en el curro, y un compañero me dijo que a él le había pasado lo mismo y que había decidido "sacrificar" la campana antes que soportar el olor a fritangas de otros vecinos. Y dijo que desde entonces, ni un olor. Claro, que, por lo que me ha contado, su campana no debe de ser como la nuestra. Lo que hizo, según me contó, fue taponar el tubo de aluminio que tira de la campana hacia arriba. El caso es que tendría que ver bien la mía para ver si merece la pena, porque no pasa todos los días. Eso sí, el día que ocurre es un asco, porque, bueno, ya sabéis cómo son nuestras casas... no es que precisamente se pueda cerrar la cocina y olvidarse del asunto... ¡es que los días que me ha pasado eso (y fue al llegar a casa, con lo cual ya había tenido tiempo de impregnarse todo de la fritanga) era verdaderamente intenso! También puede ser porque yo, al estar en el 5º, pues puede que me suba todo lo de abajo... No sé, realmente no sé cómo están interconectadas estas campanas.
En fin... cualquier día de éstos, me animo e investigo. Si os interesa en qué ha quedado la cosa (que lo mismo es una gilipollez y no), os seguiré contando el proceso...
Gracias, Tiobati, por tus indicaciones (que no por tus ánimos! :-)... Voy a ver si se puede desmontar la puerta del armario de alguna forma...
Besillos!