La Virgen de la Cueva

¿Cómo afecta la lluvia a la construcción de casas?

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Debemos estar bien contentos de esta lluvia tan benéfica para los acuíferos y los pantanos como para hacerle a nuestras casas la prueba del nueve (nueve días de lluvia ininterrumpida justo antes de la “visita guiada” tras la entrega de la casa).

El sarcasmo gratuito siempre me ha parecido criticable pues no es otra cosa que una especie de violencia en el lenguaje. Y digo gratuito refiriéndome a aquél que se hace sin provocación y contando con otros medios para expresarse y un interlocutor, ya no me importa si real o virtual, con el que comunicarse.

Pero nosotros no tenemos ese interlocutor, ni real ni virtual. Sólo ladrarle a la luna, comerse las uñas o ser un “cuajao” o un sabio hindú que sabe ver armonía en la espera y belleza en la fatalidad.

Uno se imagina esa casa ya terminada, con su tarima puesta, su pinturita ya tirada, su chimenea esperando el primer leño de roble y sus techos de inmaculado pladur y, también se imagina (¿imaginación?), ese agua levantando la tarima, saliendo por la chimenea o rebosando las ochavas.

Y es que es mucho mejor que lo que tenga que ser sea ahora y no cuando llegue el siguiente invierno.

Ninguna de estas especulaciones (¿especulaciones?) tendría sentido si tuviéramos alguien con solvencia al que consultar nuestras dudas, que nos diera las explicaciones pertinentes y con base, a las que tenemos todo el derecho del mundo y que elevara ante la constructora nuestras inquietudes y/o nuestras peticiones.

Demos gracias a Dios porque los elementos estén de nuestra parte. Amén.

Un saludo