Por una vez, estoy de acuerdo con abochornado. Lo que debe de primar en la cabeza de nuestros gobernantes es el derecho de los paracuellanos al descanso.
De la misma manera que los fines de semana los dos únicos policías que debemos tener de guardia deberían perseguir al afilador, al que tapiza sillones y al chatarrero para que abochornado pueda disfrutar de su merecido descanso, propongo que, ya que algunos a veces trabajamos por la noche o algún fin de semana y libramos, por ejemplo, un martes, los jardineros no empiecen a hacer uso de sus ruidosas máquinas hasta eso de las 11 o las 12, a ser posible. Ya puestos, podrían desviar el recorrido de algún autobús, que cuando pasa debajo de mi ventana me perturba notoriamente. Si no es mucho pedir, también deberían replantearse el asunto de la recogida de basura. ¿Tanto cuesta cambiarlo y que lo hagan entre las 10 y las 15, paren en la hora de la siesta y continúen a eso de las 18…? Oye, que si hace falta, que se amplíe la plantilla y se contraten diez o doce camiones más. Lo importante es que yo pueda dormir cuando me dé la gana.