Es algo muy frecuente en Madrid y, en mi opinión, la principal causa de la imagen inhumana que exhibe esta ciudad a diario. Me explico. La ciudad en si tiene su encanto y sus cosas para hacer fácil y ameno el deambular por las mismas (parques, metro, plazas, bancos, papeleras...). Pero cual es la realidad: todo patas arriba por el vandalismo, mobiliario urbano que la gente rehuye (o tiene pánico usar) y cantidades de dinero público despilfarrado en su supuesta conservación. Para ejemplo en Montecarmelo los jardines.
En este país hace falta un poco más de civismo y la escuela es el lugar para adquirirlo, pero vaya como está la escuela, la pública por lo menos, otro agujero para nuestro erario. Al final acabará imperando la otra vía: la mano dura para acabar con tanta ofensa al espacio publico: al mobliario, a los lugares y a nosotros sufridos usuarios que éramos.