Hay un banco que es tristemente famoso ya desde sus tiempos de caja por escándalos de corrupción, estafas millonarias, tarjetas opacas para gente tan importante como carente de escrúpulos, etc. Y cuyo rescate nos ha costado mucho dinero público a los desdichados contribuyentes. Pues dicho banco por lo visto llega a tomarse incluso la libertad de no atender ni a sus propios clientes.
Me ha contado un pajarito que en la sucursal de la Calle Real, 86 de dicho banco, no es suficiente con tener cuenta en la entidad. Si usted tiene la cuenta abierta en otra sucursal le envían a otra oficina. Los clientes deben de ser poco menos que bazofia para ese banco porque no se toma ni la molestia de anunciarlo en el exterior de la sucursal para no hacerlos esperar turno en balde.