En realidad, que hizo el paripé de bajar el impuesto mientras por detrás se aseguraba de que bajase sólo en los barrios que le votaban y subiese en los que no.
Lo de siempre con Carmena y sus podemitas: una operación de imagen que, analizada con detenimiento, no era más que una gran mentira para disimular el palo a todos los que no le votabamos.
Si de verdad hubiera querido bajar el impuesto a todos los barrios de Madrid (y no só lo a los suyos) habría reducido el porcentaje del ayuntamiento al mínimo legal permitido y habría pedido una revisión a la baja del valor catastral de todos los barrios de Madrid y no sólo de los que la votaban. Pero no hizo ni una cosa, ni la otra.