Los votos en blanco sí afectan al resultado final, en perjuicio de los partidos minoritarios. Suman en el total de sufragios sobre el que se calcula la distribución de escaños y, en consecuencia, elevan el listón electoral mínimo para entrar. En las elecciones generales, un partido necesita el 3% del total de votos para obtener representación. En los comicios locales, este 'listón' sube hasta el 5%.
Los votos nulos no tienen ninguna consecuencia electoral. No suman. Al final del escrutinio se da fe de cuántos se han producido y ya está. De forma indirecta si perjudica a alguien es al partido ganador en las elecciones.
La abstención no está claro a quién beneficia o perjudica, si bien los estudios detectan que suele afectar más al votante de izquierda, que se moviliza menos y es más crítico. La derecha va en bloque.