Israel2, al leer lo que te ha ocurrido me vienen dos sentimientos bien distintos:
El primero, darte la enhorabuena por tu valentía y sentirme orgullosa de saber que aún queda gente buena, que es capaz de poner en peligro su integridad física cuando ve que se comete un acto injusto.
El segundo es de profundo pesimismo, y te lo voy a explicar contándote mi propia experiencia. Me han robado dos veces en mi vida; la primera en un centro comercial. Estaba sentada con mi pareja y a una mujer que pasó a nuestro lado se le cayeron unas monedas (lo correcto sería decir que las dejó caer aposta). Mi pareja y yo en seguida la ayudamos a recogerlas y a los pocos minutos me di cuenta de que me habían robado el bolso.
Conclusión número uno: esta puñetera sociedad no premia a la buena gente; al contrario, parece que nos enseña a ser desconfiados y egoístas, porque cuando actuamos de forma desinteresada, encima recibimos una patada en los ... como recompensa.
La segunda vez que me han robado ha sido precisamente hace unos días, en un supermercado. Pedí al guardia de seguridad que llamara a la policía, así lo hizo, ¿y qué dirás que contestó la policía? pues que no iban a venir, que fuese yo a la comisaría a poner la denuncia correspondiente. Así lo hice, y para acabar de rematar, le dije al policía que en ese supermercado había cámaras de seguridad y que podían ir a recoger las grabaciones. Su contestación fue que a menos que fueran otras 6 u 8 personas en mi misma situación no irían. A lo que yo respondí "¿qué pasa, que los ciudadanos no tenemos más que deberes, pagar impuestos y callar?" y él me contestó: "sí, los derechos son para los delincuentes y para los de arriba".
Conclusión número dos: procuremos cuidar de nuestra propia integridad y seguridad, porque nadie más va a hacerlo.
Ojalá pudiera lanzarte un mensaje más positivo. Me quedo con saber que aún quedan por ahí personas generosas y valientes como tú.
Un saludo.