Después de recoger una cantidad suficiente de datos, el instituto de estudios foreros ha emitido recientemente un comunicado confirmando que, según sus tablas, el interviniente marmaria (o Etanol en otra de sus versiones) recae en la categoría de "sabotator torpissimus" tras haber perdido su estatus de "sabotator sine humor" al haber descendido la calidad de sus intervenciones.
Fuentes consultadas afirman que esta pérdida de nivel se debe principalmente por las reiteradas faltas de ortografía y la repetición de chistes sin gracia. Según los expertos determinados trolls, los menos hábiles, se empeñan en repetir sus chanzas insistentemente cuando no provocan reacciones positivas de los miembros del foro con la secreta convicción de que no han entendido la gracia.
"Lo más triste de esta situación" nos comenta el doctor Laurenio Pascarrazo, "es que el troll en estos casos vive convencido de ser toda una estrella, de que todos los intervinientes del foro le admiran o le aborrecen por su agudo ingenio. Es un equilibrio delicado, una burbuja frágil que, de romperse, podría terminar con graves problemas psicológicos para el individuo en cuestión". Según el doctor el retrato robot de este tipo de personas responde a "un individuo con pocos argumentos dialécticos e intelectuales que enfrentado a un debate no puede contenerse de intervenir, y por ello intenta llamar la atención por todos los medios. Algunos, como en este caso, responden también al perfil forofista, ya sea político o deportivo, que intenta desacreditar al rival con descalificaciones, siempre, como digo, haciendo uso de un pretendido sentido del humor que no es tal, sino simplemente una falta de armas intelectuales, tal y como he comentado al principio".
Ante la consulta de qué se puede hacer en estos casos para alejar a este tipo de personajes de los foros el doctor Pascarrazo se encoge de hombros "Suelen ser personas inasequibles al desaliento, que en toda su vida no han sabido reconocer su falta de ingenio y de sentido del humor, por lo que es difícil que en un foro alguien sea capaz de convencerle de lo contrario. Si además nos encontramos con el agravante del forofismo, como en el caso que se nos presenta, la cosa empeora, porque cualquier respuesta se verá trufada de un fanatismo ante el que poco se puede hacer. Por si fuera poco denunciar los insultos de estas personas al administrador suele ser una estrategia baladí, pues al poco tiempo vuelven con un seudónimo cambiado y siguen con sus mismas tácticas. Mi recomendación es ignorarle o disfrutar con ello".
Ante nuestro desconcierto el ilustre miembro del IEF sonríe y nos aclara "como digo es posible disfrutar provocando reacciones, haciendo comentarios que sabemos que provocarán una reacción o poniéndoles en evidencia, tarea que no es demasiado complicada por lo apuntado sobre lo armados intelectualmente que suelen estar estos sujetos".