Que yo sepa de la última manifestación que participé no me enteré por correo certificado y tampoco recibí la visita de un amable señor con traje que me invitara.
Estimada Maria, ¿qué dice eso de ti?
Pues dice que realmente lo que te interesa es criticar a la Asociación y bien poco lo que sea del barrio, si me lo permites. Es decir, que tu planteamiento es "no, si yo trabajaría por el barrio y hasta me manifestaría, pero quiero que me avisen en casa, me tengan informada y si puede ser que me lleven en brazos hasta la manifestación". Estás confundida, si quieres PARTICIPAR o COLABORAR pues estupendo, si no pues también, pero refunfuñar de que no se ha seguido el protocolo oficial que tú has establecido para pedirte por favor que participes en la manifestación está de más, sinceramente.
Te imagino en épocas más oscuras con los grises en las calles exigiendo pasquines bien impresos y no pisoteados por los caballos para participar en las manifestaciones en la universidad, que si no que no contaran contigo.
La comunicación, buena o mala, se ha producido. Si quieres participar en la manifestación porque apoyas lo que se reivindica estupendo, si no es así no hay inconveniente, te quedas en casa y ya está.
Si lo que quieres decir es que la comunicación no se ha producido de forma eficaz me alegro mucho, porque eso supongo que significa que acudirás presta a los locales de la asociación a recoger carteles para repartirlos por todas partes.
Es que, como bien apunta GibraltarAndaluz, una asociación de vecinos no es más que un grupo de vecinos que hace lo que puede y de forma desinteresada. Si ves algo que no te gusta no tienes más que participar y echar una mano.
Es que creo que confundes los términos, a los que hay que exigir es a los que pagamos con nuestros impuestos y que nos torean día sí y otro también, a la AAVV si quieres la apoyas o la ayudas, si no quieres pues la ignoras y santas pascuas. Si quieres criticar lo ético sería hacerlo desde dentro, es decir, criticar si realmente PARTICIPAS en lo que hace la asociación.
El deporte de los defensores a ultranza de su partido político caiga quien caiga (y si es su barrio tanto peor) es el de criticar a la AAVV para intentar desprestigiarla y desinflar sus reivindicaciones, lo cual considero (y no es la primera vez que lo digo) penoso.