Situación observada este pasado domingo:
Un paseante se acerca a uno de los obreros que están ampliando las aceras del barrio para quejarse, respetuósamente por lo que ví, de que igual no es buena idea abrir las CUATRO aceras de una misma esquina a la vez… que existe gente con carritos, silla de ruedas, etc.
Respuesta del trabajador, un clásico: que sí, que tiene razón pero que el encargado ahora mismo no está.
- Hasta ahí todo esperable -
Aparece señora mediana edad… que le espeta al paseante: “Eso no se lo tiene que decir a este señor, se lo tiene que decir a Carmena que es la que no nos deja pasar”.
Reflexión mía:
Defender que nadie tiene ninguna resposabilidad en nada porque tiene alguien superior jerárquicamente que es quien debe asumirla toda es absurdo.
En este caso concreto digo yo que alguna responsabilidad tendrá el operario, el encargado, la contrata, la inspección, los técnicos del ayuntamiento, la policía, etc. Aquí seguramente se trataba de un encargado que no le dió mucho al coco.
Pero no hablo del caso Carmena, hablo de que nuestra sociedad va hacia esto de descargar toda nuestra responsabilidad en el famoso de turno. Tan corta es la mujer que ve en Carmena la culpable de poner una valla más de la cuenta en una esquina, como quien dice que Rajoy tiene la culpa de que un tren se pare o el que asegura que un partido se pierde porque Ronaldo no le echó suficientes ganas.
Buscar salvadores sólo nos lleva a que aparezca gente como Trump, Jesús Gil, Cháves. Berlusconi, etc. Es la consecuencia natural de esta forma de pensar.
Si alguien hace mal su trabajo es SU responsabilidad, que podrá estar compartida con su cadena de mando, pero eso no quita que siga siendo SU responsabilidad.