Hasta donde llega la desvergüenza de esta gente que, una vez tras la patada y usurpación de la vivienda, la alquilan por habitaciones. No solo eso, sino que además van mostrando penuria a varias organizaciones de caridad para que les ayuden con alimentos y con dinero. Afortunadamente ya se están tomando medidas para evitar esos engaños. La pasividad de las autoridades es evidente y si no se da una solución, pudieran ocurrir acciones incontroladas por parte de los propietarios. Personas que se han dejado todos sus ahorros trabajando y que vengan estos sujetos (que tienen fobia al trabajo) y se metan sin ninguna contemplación ya que saben no les va a pasar nada. Parla, ciudad sin ley.