Los índices de precios de inmuebles son muy engañosos.
Si se obtienen de ofertas en anuncios o de inmobiliarias, no son fiables por razones obvias.
Los datos de transacciones serían de fiar si se obtuvieran los precios reales pero con el sistema que tenemos es muy poco probable que se puedan saber.
- No son fiables las cantidades que los compradores han querido contar a hacienda que han pagado.
- Las tasaciones directamente no valen ya que no tienen por qué coincidir la valoración de un técnico para un préstamo hipotecario y el precio real pagado por el inmueble.
- Por último, no sé hasta que punto cruzan datos notarios o registradores con los que hacen esas estadísticas, pero dudo que se haya hecho un trabajo “de chinos” escudriñando innumerables escrituras o notas simples registrales para llegar a esos índices de precios. Y aún dudo más que se haya pagado mucho por esa información a esos híbridos entre funcionario y profesional del derecho que cobran por darla con cuentagotas.
En resumen, esos índices valen para titulares de prensa y, según quiénes o cuántos los publiquen, tratar de influir en el mercado.
Lo que sí puede ser una información algo más realista respecto al mercado es el número de compraventas que ha habido en determinado período de tiempo, zona geográfica, etc.