Soy vecina de Parla. Tengo dos hijas y tres sobrinos adolescentes.
Están empezando a salir los fines de semana con sus grupitos de amigos del instituto y del barrio. ¿Me llevas al cine? ¿Me llevas de compras? ¿Me llevas al centro comercial? Y yo me pregunto, ¿por qué siempre tenemos que irnos fuera de esta ciudad? Es muy fácil la respuesta.
Desde hace muchos años se ha abandonado y maltratado Parla, no resulta atractivo invertir aquí y no se han hecho los deberes en garantizar opciones para que los jóvenes se queden aquí, gasten aquí, consuman aquí, se diviertan aquí.
Veo con envidia cómo otros chavales de familias y amistades que viven en pueblos de nuestro entorno (Getafe, Leganés, Alcorcón, Móstoles o Pinto) sí pueden quedarse en sus barrios y ciudades. Pueden elegir, tienen alternativas. Sus gobernantes hicieron su trabajo.
No como ha pasado en Parla, que en el tema del ocio o las compras, que no sean de supermercado, parece un cementerio.