El tema de los efectos sobre la salud de la exposición a campos electromagnéticos es polémico y es objeto de exhaustivos estudios y seguimiento por las organizaciones mundiales de la salud.
En general y por el momento, no se ha podido comprobar que en condiciones de exposición a CEM (campos electromagnéticos) que respeten los niveles de referencia considerados por las normativas actuales, los efectos biológicos observados experimentalmente impliquen o signifiquen un riesgo para la salud.
Debemos entender que la naturaleza de esta radiación es diferente en función de la fuente, que en el caso de los tendidos de suministro eléctrico es de muy baja frecuencia (50 Hz). Los niveles de exposición habituales por utilización de aparatos eléctricos en las casas suelen ser superiores a los que puede generar un transformador de baja-media tensión bien aislado, como lo son los utilizados en nuestro barrio (no teneis más que ver la gruesas secciones de hormigón de las arquetas que los contienen y que están por casi todas las manzanas de Sanchinarro).
Sí existe un efecto denominado "electrosensibilidad" que padecen algunas personas, manifestándose con dolor de cabeza, irritaciones en la piel, molestias musculares, que atribuyen a la exposición a campos electromagnéticos procedentes de líneas eléctricas de consumo.
En cualquier caso, en mi opinión no hay motivos que justifiquen preocupación por este asunto. Los niveles de exposición de un móvil pegado a nuestra cabeza durante tiempos prolongados, son muy superiores a los de cualquier fuente de radiación de tendido o aparato eléctrico doméstico. Un secador de pelo, un cable de 220 dispuesto junto a nuestra cama, un televisor muy próximo a nosotros o un pequeño transformador con los que cargamos las baterías o alimentamos radios o relojes, con seguridad nos exponen a niveles también superiores, aunque normalmente dentro de los límtes considerados como inocuos para la salud.
Señalar que sí existen estudios concluyentes de los efectos a la exposición en la proximidad de líneas de tendido aéreo de muy alta tensión, pero evidentemente los niveles que aquí se miden, al no existir aislamiento alguno, y las intensidades tan elevadas, son muchísimo mayores que el caso que comentamos, excediendo con creces los límites máximos que recoge la normativa eléctrica.
Es un tema que me interesa, y he realizado en ocasiones medidas con un equipo específico que mide estas radiaciones, y en todas las pruebas que he realizado he confirmado lecturas con bajos niveles. En el entorno de los transformadores del barrio los niveles son muy bajos, siendo superiores, por ejemplo en las proximidades de las canalizaciones de los cables que acceden a las viviendas. donde el apantallamiento no existe.
Evidentemente, lo mejor es aislarse por completo de estas fuentes, por mínima que sea, para evitar cualquier posible efecto, pero en el mundo industrializado y tecnológico que vivimos, esto es prácticamente imposible.