Quería dedicar este hilo para apoyar y daros mi punto de vista sobre los establecimientos que están en funcionamiento por la zona de Sanchinarro en la que vivo (zona Caprabo – Metro Antonio Saura).
En primavera de este año abrió una frutería ubicada en la calle del Arroyo del Pos, que vino a hacer compañía a la panadería ya existente y al establecimiento oriental (el chino, vaya) que convivían en dicha calle.
No conozco cómo irán las finanzas de la frutería después de estos seis meses de andadura, pero desde luego parece que la amable pareja que la regenta ha venido al barrio con ganas de quedarse: buenos precios, buen asesoramiento y, sobre todo, muy buen género.
Ejemplos: las naranjas de zumo que traen son de la marca Fontestad, de lo mejorcito que hay en el mercado, salvo que compres naranjas por internet directamente de la huerta. Los melones de este verano eran insuperables y las uvas que están vendiendo ahora mismo más de lo mismo.
Puerta con puerta está la panadería (a la que hace competencia el chino con su incansable horno de pan). Además de pan, las empanadas de originales sabores son deliciosas y los cruasanes deberían estar prohibidos… Ésta cierra a mediodía y a una hora prudente por la noche, cosa que alguna vez ha sido criticada en este foro, pero para autosometerse a horarios de semiesclavitud ya están otros.
En la Calle del Arroyo del Charco del Pescador (el que puso el nombre debió salir la noche anterior), además de la clínica dental –un poco oscura de apariencia- y el centro de estética y bronceado, han abierto recientemente un “Maestros Tintoreros – Maestras Costureras”.
Creo que los precios son razonables para el tipo de negocio moderno de que se trata. Para el que dude, nada más entrar, puedes coger un listado de precios para tenerlo en casa y que luego no haya sustos.
Aún quedan varios locales en alquiler en esta zona, concretamente uno pequeño en Arroyo de los Pos, entre el chino y la panadería, y otro más grande en la esquina de esa calle (esquina con Infanta Catalina Micaela). En Princesa de Éboli está libre el de la desaparecida panadería y otro justo enfrente muy pequeño.
No quiero olvidarme tampoco del quiosco-papelería en Infanta Catalina Micaela, en el que compro el periódico habitualmente (y a veces tabaco, ejem), ni de la Farmacia ubicada en esa misma calle.
La reflexión que quiero transmitiros es que si les va bien a los locales que están ya en marcha (hay que tener narices para montar algo con la que está cayendo), antes se ocuparán los locales vacíos por emprendedores que vean futuro en el barrio y en dicha zona. Si apoyamos a estos negocios el barrio seguirá creciendo y algún día se convertirá en un barrio de verdad, y no en un mogollón de edificios inanimados, rodeados de parques salidos de la mismísima película Mad Max, con bancos ($$$) y farmacias como únicos animales de compañía.