Lo que esta claro es que la calidad de la enseñanza en un centro cultural deja mucho que desear. En primer lugar no existe una atención y seguimiento del alumno adecuado ya que las clases están masificadas, no se agrupan a las personas por niveles sino que meten a todos los que quepan en la misma clase sin importar el nivel que tengan y para rematar muchos de los profesores ni siquiera están titulados. Mi experiencia en clases de danza en un centro cultural gestionado por la misma empresa que gestiona el del barrio fue muy mala, no habiendo aprendido nada, por lo que a pesar de ser mas barato,me dio la impresión de haber tirado el dinero, por lo queeso me lo puedo permitir me quedo con escuelas especializadas.
Es triste ver como algo que debería ser un servicio publico se convierte en un mero instrumento para lucrarse, aprovechandose de unas instalaciones pagadas por todos, a que viene tanta publicidad, a costa de nuestros impuestos y por qué sólo abren grupos a partir de 10 personas???