Cada uno de nosotros trata de defender sus intereses como mejor sabe o puede. ¿Porqué no dejamos de culparnos unos a otros? Sería mejor que entre todos y cada uno a su manera, hiciera lo que buenamente quiere y que, aportando un granito de arena, consigamos que se muevan los que se tienen que mover. ¿Porqué no dejamos de ofendernos y obligamos, con nuestras acciones y nuestra actitud, a que muevan el trasero los que tienen que hacerlo?