No quisiera entrar en polémica, pero cuando tomamos esta decisión pensamos en el bienestar general de la cooperativa, ya que se sabe que a ciertos vecinos, por ejemplo, de la primera o segunda planta, este tipo de negocios puede resultar molesto. Sin embargo, todas las personas del consejo rector viviremos del cuarto piso para arriba (por ejemplo yo en un séptimo), pero nos pusimos en la piel de otros vecinos.
De todas maneras, conozco muchos casos de cooperativas que han limitado el uso de sus locales (bastante grandes, por cierto) y no han tenido ningún problema a la hora de venderlo. Y ademas, no toda decisión es irreversible. Se puede tantear el terreno y si hubiera algún problema, se podrían ir cambiando las condiciones.
Un saludo