Como en política, y más últimamente, parece que todo depende de cómo se cuenten las cosas, o qué cadena de radio, televisión, etc, de la noticia.
El orden del día de la segunda reunión, básicamente fue:
- La gilipollez de la segregación que el administrador se sacó de la manga sin saber porqué.
- Elección de los toldos, y
- Aprobación o no de aparcar en las zonas comunes.
Sin entrar nuevamente en lo que cada uno considera lo que es de su propiedad y lo que es zona común, pues eso ya lo indica la división horizontal y las escrituras, se convocó la reunión para votar este punto.
Si estuviste en la reunión, debía haber como la mitad. Si no recuerdo mal, la votación fue 14 a favor y 19 en contra. Teniendo en cuenta que alguna (1 o 2) viviendas quedavan por vender, 33 de 70, casi el 50 %. Creo que una representación lo suficientemente importante como para pensar que lo decidieron unos pocos. Los que no pudieron asistir, puede que tampoco pudiesen delegar su voto en otra persona, pero me inclino más por pensar que lo que saliese de la votación les iría bien, a excepción del que no fue porque tenía claro que seguiría haciendo lo que le viniese en gana.
Al final de la reunión, todos cansados y con la noche encima, pasamos olímpicamente de decicir el toldo, y sólo Pilar se quedó a elegirlo. Por eso, días más tarde, se convocó otra reunión por parte del administrador en las zonas comunes para decidir de nuevo. Convocatoria que se realizó mediante un papel en el buzón que muchos no recibimos y en mi caso conocí por medio de este foro. Hecho que debemos nuevamente de agradecer a la inmejorable gestión de nuestro pasivo administrador, que no sólo no le gusta escribir en demasía, sino tampoco gastarse un solo euro en sellos, a demás de sus maravillosas virtudes para enfrentarnos.
El domingo de la elección asistimos cuatro gatos, y algunos de los que nos conocimos en el foro, propusieron confraternizar un poco más con el resto de sus vecinos con un poco de cerveza y martini. De echo, yo asistí por conocer a mis vecinos después, que no estuve casi nada porque Esther y Mario estaban muertos de frío y los horarios de Mario tampoco perdonan.
Me daba y me da igual el toldo que se eligiera, pero ni mucho menos tengo intención de poner el que me de la gana.
Sé que es un tema mucho menos complicado que el del aparcamiento, y no estoy en contra en absoluto de revocar con nuevas votaciones decisiones ya adoptadas, pero creo que se debiera marcar un tiempo prudencial para volver a retomar decisiones votadas, pues si no, todas las reuniones estaríamos votando lo mismo, sin avanzar y sin mejorar.
Y, sobre todo, aunque se acordase en comunidad volver a votar lo del aparcar en un tiempo "x", hasta esa fecha, todos los vecinos debemos cumpir la norma hasta la nueva votación.
¡Ya me funcionan los acentos!