Pocas luces y muchas sombras en las hipotecas recargables
Supongamos que formaliza una hipoteca con una entidad financiera por valor de 100.000 euros; que después de amortizar una parte -por ejemplo, 25.000 euros- necesita hacer obras en casa o comprar muebles nuevos; y que entonces su banco o caja le vuelve a dejar los 25.000 euros que ya había reembolsado en varias letras pero no con los intereses que llevaría de la mano un crédito personal de consumo, sino con las mismas condiciones con las que suscribió el préstamo hipotecario.
Publicada
26/1/2007
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El Mundo