Casas de tres, cuatro y cinco estrellas
No todas las casas son iguales. Las hay de tres, cuatro y cinco estrellas. También de una sola y hasta tan malas, que equivalen a una sórdida pensión El drama es que a diferencia de lo que ocurre con los hoteles, donde a la hora de reservar habitación podemos intuir qué nos vamos a encontrar dependiendo de su clasificación, al ir a comprar vivienda, no hay un indicador objetivo -más allá del precio- de si lo que vamos a comprar es de calidad media, media-alta, baja o de lujo.
Publicada
8/11/2005
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Ladrillos