Humor negro en ´El Pela´
¿Qué son los rincones del restaurante El Pela?
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Hola amigos.
Como nuevo vecino MiraMadrileño, hace un par de fines de semana nos decidimos a probar el conocido restaurante del pueblo, "El Pela".
Respecto a la comida, bién sin más, quizá un pelín caro para lo que es, el servicio regular tirando a flojo y resumiendo, un sitio con pretensiones pero donde se nota el aliento del propietario para que la cosa funcione.
Pero nos llamaron la atención unas placas de azulejo que el propietario ha colocado en cada mesa situada en los mejores lugares de la sala.
Así, se nos permite conocer el "Rincón de Hercesa", el "Rincón del BBVA", el "Rincón tel Ayuntamiento" y así unos cuantos más del mismo cariz.
De esta forma, y sin ninguna duda, sin pretenderlo su autor, se nos impone la conversación a los comensales directamente afectados por los homenajeados. Los más creativos de entre nosotros probaban a escenificar las conversaciones en tales mesas, las risas, las complicidades, incluso la camaradería que acabaría existiendo entre rincones (sic, sin t), donde, a la vera de buenos habanos, regados con un excelente Whisky de Malta que allí sirven, sin ninguna prisa por acabar la comida, a buen seguro surgirían sinergias, ideas, posibilidades de negocio para todos.
Y es que debe ser fantástico sentirse bendecido por la fortuna de trabajar en un sector como éste, en el que todo lo que ideas funciona y proporciona beneficios extraordinarios ; sentirse camarada, compañero del alma de todos los que nos acompañan, una unidad de destino en lo... ¿municipal?
Y ese agradecimiento que el propietario del local ha traducido, utilizando su pobre lenguaje de signos, a azulejo, metalenguaje que nos deja entrever las suculentas minutas que sin discusión se le han abonado mediante tarjetas de crédito corporativas, quizá signando sin más la factura para ser acumulada a otras y cobradas a final de mes, en metálico o mediante trueque. ¡Cómo no dejar constancia en material perdurable de tan generosos clientes! Quizá nos extraña no ver una alegoría escultórica en lugar de la pobre fuente de la plaza.
Menos mal que entre nosotros había gente que con buén juicio afeó estas pérfidas suposiciones e hizo ver con claridad que no hay nada que permita asegurar que los comensales homenajeados por tales placas cerámicas sean en su inmensa mayoría unos corruptos sinverguenzas que viven a cuerpo de rey gracias a la fortuna que extorsionan a los hipotecados que se cruzan con ellos a todas horas ; no solamente en "El Pela" (los menos), sino también en la panadería, el supermercado, la carnicería o en cualquier lado.
La gente es buena, hombre, pensar mal estropea el espíritu y el cutis.
Suerte a todos.