En estos días el Ayuntamiento está repartiendo 10 mascarillas de las sencilas por vivienda. Lo están haciendo voluntarios, cuya encomiable labor nunca estará suficientemente reconocida.
Ahora la de arena: en cada sobre el alcalde ha tenido a bien aprovechar estas circunstancias para hacerse autobombo y colar una carta de propaganda personal a los vecinos. Como no hay cosas mejores que hacer, aprovecha las circunstancias para hacerse publicidad...
Preguntas que no están respondidas en la carta: ¿De donde han salido las 100.000 mascarillas? ¿Quién las ha pagado? ¿Cuanto han costado esas 10.000 cartas? ¿Quien las ha pagado?
¿Cuanto han retrasado y cuanto esfuerzo ha suponido a los voluntarios el meter esas cartas en los sobres en lugar de dedicarse a las mascarillas? Ese retraso ¿a cuantas personas puede haber afectado en materia de contagio?
Con la inmensa dejación de funciones que está demostrando, ¿es moral el que el alcalde se quiera aprovechar de la pandemia para lucir palmito en lugar de centrarse en resolver los tremendos problemas que tiene abandonados?