Jesús, el alcalde, me ha dicho que me responderá luego, que ahora está ocupado. De eso ya hace no horas ni días, sino más de medio año. En cuanto vio que faltaba a su palabra ha optado por no contestar, y eso que en plena fiesta algunos evitamos un buen altercado que habría sacado los colores al equipo de gobierno.
Abandono total a un grupo de vecinos que le pedíamos una solución a un problema que ha decidido generar y que en algunos casos afecta a la salud y así se lo habíamos detallado a todo el equipo de gobierno. No hay excusa: estaba en su mano poner paliativos efectivos y no lo hizo.
Jesús, estoy esperando tu respuesta. O más bien no esperándola, porque ya nadie de nosotros esperamos nada de ti. Eso sí, y por decir lo bueno también: aunque estamos totalmente abandonados, en las conversaciones contigo siempre has mostrado mucha amabilidad y buena cara, hablar contigo era ilusionante y esperanzador. Qué lástima que las buenas palabras difieran tanto de los hechos. La parte buena es que hemos aprendido en quién no confiar bajo ningún concepto.
Editado por pueblo 10/1/2025 14:01