Ahora que está tan de actualidad la fontanería política, con esta persona hubo que convivir durante años en este bendito foro hasta que su incontinencia e infinitas reencarnaciones pudrieron un lugar que, con sus cosillas y sus innegables desajustes, había sido siempre un lugar de encuentro y debate y que, los administradores podrían dar fe de ello (si todavía quedara por ahí alguno que guardara recuerdo), gozaba de una salud y de una actividad envidiables.
Ha tardado en llegar, pero se ha hecho justicia. Lo malo es que las prácticas que la han hecho merecedora de esta severa condena no fueron por desgracia anécdota sino justo lo contrario: fue la manera en que durante un nefasto período de tiempo se hizo primero oposición y luego acción de gobierno.