Lo promtido es deuda, así que ahí va mi modesta opinión, Trancos. Estoy de acuerdo en lo que dices, pero no creo que la fiebre por adquirir una propiedad sea un mal endémico de los españoles, sino la consecuencia de una política de alquiler deficiente, de una inestabilidad laboral y de unos sueldos más que justos. Me explico, antes del boom inmobiliario costaba aproximadamente el mismo dinero alquilar un inmueble que comprarlo, con la diferencia de que a los 30 años tenías un bien propio o absolutamente nada, por lo que muy poca gente alquilaba. Los alquileres eran tan caros entre otras cosas porque eran peligrosos: los inquilinos gozaban de mucha impunidad y era complicadísimo y muy pesado hacer valer los derechos de los arrendadores. Esto producía que muchas casas estuviesen vacías. Esa situación se pretende corregir acelerando y defenciendo los derechos de los arrendadores esperando que esas casas que esperaban vacías para su especulación, se llenen de inquilinos, aumente la oferta y por tanto disminuya la demanda. Estoy de acuerdo con que es una medida insuficiente. Otro de los motivos de esta fiebre posesiva es que la vivienda es y sigue siendo la mejor inversión posible. Claro que la ley del suelo es lo primero que se tiene que controlar, y lo segundo a los promotores y constructores, y a partir de ahí, procurar que esa inversión no sea tan eficiente, porque si lo tratamos como eso, como una inversión, cuando en realidad se trata de un derecho fundamental, aparecen los dramas humanos que estamos viviendo hoy en día. ¿Cómo convertir esa inversión en un derecho?, pues no sé si suprimiendo las desgravaciones por primera vivienda (no sé hasta qué punto puede llegar a defraudarse con ésta medida), pero desde luego estableciendo penalizaciones duras para viviendas desocupadas, regulando tal vez por ley el precio máximo de las mismas, desgravando el alquiler y sobre todo, ajustando los precios de las casas/alquileres a los sueldos mínimos de la gente, ya que se supone que el estado debe garantizar que todo ciudadano pueda acceder a una vivienda digna. No sé si es una burrada lo que digo o si el FMI (que no recuerdo haya defendido nunca mis intereses) querría colgarme de los pulgares, pero creo que en el momento en el que dejemos de especular (los gobiernos los primeros) con la vivienda y la convirtamos en algo que debemos garantizar, el problema estará resuelto. ¿Cómo se financiarán entonces los gobiernos y cómo se ractivará la economía si pierde su principal motor?, pues me imagino que hacia otros bienes de consumo que sean de lujo, y no una necesidad.