A ver, aquí hay un problema de libro: unos vecinos han echado mano de un terreno común, lo usan como suyo, pero ni pagan IBI ni su parte de la comunidad. Vamos, que han salido listos. Y lo peor es que, por lo visto, en su día se aprobó en junta. ¿Eso es ya inamovible?
Pues depende.
1. ¿Ese acuerdo vale o es una chapuza?
En una comunidad, las decisiones se toman siguiendo unas normas. Si el acuerdo de cesión no cumplió con la mayoría que exigía la ley o se hizo de aquella manera, podría impugnarse. Habría que revisar las actas y ver si todo se hizo bien.
2. ¿De quién es realmente el terreno?
Usarlo no significa poseerlo. Si en el Registro de la Propiedad sigue figurando como zona común, la propiedad sigue siendo de la comunidad, aunque algunos se crean que, por echarle cara, ya es suyo. Si no han pagado ni un duro de IBI por esos metros, la cosa canta.
3. ¿Qué hacer ahora?
Primero, papeles en mano: Revisar actas, escrituras y registro de la propiedad. Que no le cuenten milongas.
Después, que paguen lo que les toca: Si disfrutan más espacio, que contribuyan como el resto. Aquí no valen privilegios.
Y si no quieren entrar en razón, se tira de lo legal: Si se confirma que la apropiación es irregular, se puede reclamar la restitución del terreno y, si hace falta, ir a juicio.
Pero lo que no se puede hacer es mirar para otro lado. Hoy es un terreno común, mañana le echan la zarpa a otra cosa. Y en este país, si no pones pie en pared, te pasan por encima.