Que el administrador no se haya opuesto en el momento no significa que deba aprobar un acuerdo que sea poco claro o que genere problemas legales. Su trabajo no es solo validar acuerdos, sino implementar aquellos que son transparentes, legales y que se puedan llevar a cabo. Si el acta tiene dudas, no explica bien cómo se repartirá el gasto o no se logró la mayoría necesaria, el administrador debe esperar a que todo esté claro antes de pagar.
Lo que estaría mal es pagar una factura sin respaldo legal, sobre todo si esto puede generar problemas entre los vecinos o usar fondos de la comunidad para favorecer solo a algunos. Ser prudente en estas situaciones no es ser testarudo, sino hacer bien el trabajo.
Artículo 9.1.e LPH
Este artículo es clave para justificar que los gastos que benefician solo a dos vecinos no se pueden cargar al resto, a menos que haya un acuerdo específico. Si la mejora se puede identificar como individual, no es un gasto común.
Artículo 17.1 LPH
Aunque no vayas a juicio, este artículo refuerza que los acuerdos mal hechos no tienen que cumplirse. El administrador puede negarse si ve errores en la forma en que se hizo el acuerdo.
Incluso si el acuerdo se aprobó, el administrador no tiene permiso para pagar si no se aclara que el gasto lo asume la comunidad. Su trabajo es llevar a cabo los acuerdos que son válidos y están bien definidos, no adivinar intenciones ni asumir riesgos. Esto se basa en el principio de responsabilidad que tiene como administrador.
Según el artículo 9.1.e de la LPH, los propietarios deben pagar los gastos generales que no se puedan dividir de forma individual. Si la mejora solo beneficia a dos vecinos, sí se puede saber quiénes son los beneficiados, y por lo tanto no se le puede cobrar al resto a menos que haya un acuerdo claro y específico. Esto es algo básico y no se puede interpretar de otra manera.
Que nadie se queje en el momento no hace que el acuerdo sea legal. En una comunidad de vecinos, la validez de un acuerdo depende de lo que dice, no de si la gente se quedó callada. Si en el acta no se explica bien cómo se repartirá el gasto, qué cubre la mejora y cuántos votaron a favor, el administrador no debería ejecutarlo hasta que se aclare o se confirme de nuevo.