El dueño de una escuela de mountain bike, Javier García Verdugo, un ingeniero de 47 años, ha sido detenido por agentes de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) del Cuerpo Nacional de Policía acusado de haber grabado y haber abusado sexualmente de sus alumnos, según han informado fuentes de la investigación. El hombre se encuentra en prisión provisional comunicada y sin fianza por orden del titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Valdemoro.
Las investigaciones de la BIT comenzaron después de Interpol y Europol remitiera una información a la policía española en la que se le informaba que el acusado había adquirido pornografía infantil. De las pesquisas se dedujo que había una posible mayor actividad delictiva, según fuentes policiales.
La detención se produjo a principios de verano, después de que los agentes de la BIT comprobaran que el dueño de la escuela (Las 100 promesas), situada en Ciempozuelos, daba clases a pequeños y les sacaba por rutas por la región, en especial durante los fines de semana. Su centro se fue ganando poco a poco el prestigio de la zona. Además de García Verdugo, también otros monitores en la escuela que no están relacionados con sus supuestos delitos.
La forma de actuar del supuesto pederasta era muy depurada, según la policía. El dueño de la empresa se ganaba poco a poco la confianza de los chavales. Tras las excursiones de los pequeños, les ofrecía que se ducharan y se cambiaran de ropa en su casa. También intentaba conseguir su atención con la excusa de que pinchaba música.
En especial, se interesaba por chavales entre ocho y 15 años. En su casa había instalado una cámara de grabación de manera que permanecía oculta. De esta forma, mientras se limpiaban los menores, aprovechaba para someterlos a tocamientos y a abusos sexuales, según fuentes policiales.
La policía cree que García Verdugo llevaba desde 1995 con este tipo de abusos, sobre todo, a raíz de la lectura del diario que llevaba sobre su vida. Hasta el momento están testificando en el Juzgado de Valdemoro las víctimas y los padres de estas.
La policía decomisó numerosas pruebas cuando entró, con la pertinente orden judicial, en su domicilio. Entre ellas 11 discos duros, varios teléfonos móviles, dos pendrive (memoria informática) y una cámara de fotos y otra de vídeo. Hasta el momento se han podido acreditar unas 14 víctimas, pero el número podría aumentar en las próximas semanas.
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