A mi me gusto mucho la reunión porque salí convencido de tres cosas que sospechaba:
La primera es que la solidaridad entre vecinos brilla por su ausencia. No me sorprende para nada, pero me asusta.Si bien es cierto que esta vez los más "insolidarios" se fueron a dormir menos satisfechos que en otras ocasiones. Valgan la aprobación del uso de los jardines y de las barbacoas como justo pago a la terrible injusticia que se cometió con el uso del terreno de las terrazas del lado del boulevard en la pasada reunión.
La segunda es que todos somos muy demócratas en tanto y en cuanto la democracia nos de lo que queremos. Si la mayoría decide algo que no nos convence demasiado, entonces la mayoría es tonta.Y esta va (siento la alusión personal pero es que se la ha ganado)por las continuas réplicas, protestas y proposiciones sin sentido en forma de señor mayor con gafas que salían de la primera fila cada vez que una votación le torcía los planes y que hacen mucho más largas y tediosas las reuniones ya de por sí soporíferas.
Y la tercera y acabo es que cada vez acude menos gente a las reuniones. A mi esto me preocupa relativamente porque pronto dejaré de acudir yo también pero creo que, al menos en estas primeras en que le damos forma a los límites de nuestra convivencia, debemos hacer un esfuercito y estar ahí para levantar la mano. Luego vienen los llantos.