No sólo los inquilinos tienen una renta mensual, los propietarios también, aunque sea indirecta. Tener una vivienda en propiedad conlleva muchas más obligaciones económicas que su coste inicial o el pago de las cuotas hipotecarias mensuales. El mantenimiento de un piso tipo acarrea un desembolso anual superior a los 2.000 euros en gastos fijos -impuestos y cuota de la comunidad, principalmente- y no fijos, como, por ejemplo, averías imprevistas. Todo un 'arrendamiento' mensual de casi 200 euros a cargo de los propietarios.