Las personas que toman este tipo de decisiones y quienes las apoyan incondicionalmente sinceramente no deben conocer lo que es tener una vida en la que te tengas que desplazar por motivos laborales, familiares, colegios, cuidar a unos padres mayores que viven en el centro… creando conflictos, situaciones estresantes y complicando la vida a la gente normal…
No todos somos unos afortunados privilegiados como esta nueva hornada de politicos que han tomado el poder despreciando a quienes les pagamos el sueldo mientras encima nos están diciendo lo mal que hacemos todo, que estamos contaminando el mundo, etcétera.
Entiendo que jubilados, prejubilados y gente desocupada prefiera una ciudad diseñada como si fuera un pueblo, sin coches, con animales y verdes praderas, pero Madrid es una ciudad enorme, una ciudad viva, con una gran actividad comercial y empresarial de la que se alimenta y le da riqueza… a quienes vivimos en ella. Por este mismo motivo, aquellos quienes no crean riqueza, sino que la destruyen, no deberían entorpecer esa actividad, porque a la larga, pierde la ciudad y perderemos todos.
Esta mañana el caos ha sido brutal, y sirva de ejemplo la conversación que he tenido por motivos laborales con el director de una cadena de hoteles (varios 5*GL) de Madrid hoy mismo, confirmandome cambio de reservas para los próximos meses (clientes según él de alto nivel de gasto) a hoteles de fuera de la ciudad o de fuera del centro (de su misma cadena, pero menos representativos). Éste tipo de consecuencias, al equipo municipal actual, les da exactamente igual. Seguramente a los que vengan después, también, seguro que no tocarán nada en aras del buenismo absurdo de quien no trabaja.
Todo lo que está pasando en Madrid en materia de movilidad tiene mucho que ver con ingeniería social. Forzar la máquina y ver el comportamiento… a todos los niveles.
En teoría estamos viviendo la época de la empatía y de la sensibilidad para con el prójimo, pero la realidad que yo percibo es bien distinta: imposición, pensamiento único y un desprecio absoluto por las libertades individuales.
Los semáforos innecesarios (como los que están poniendo), los carriles bici que nadie usa (nadie que trabaje, nadie que vaya a llevar a sus niños al cole o a su madre inválida al ambulatorio...), túneles cortados sin que se ejecuten obras en ellos o sin obreros trabajando, cortes en calles, reducciones de carriles… en una ciudad viva, en la que los transportes públicos se demuestra día a día que no pueden absorber la potencial demanda de los usuarios a los que se quiere sacar de sus coches. No pueden pretender que nos cambiemos de coche, de casa, de familia, de colegios, de hábitos, porque a ellos les de la gana, la gente normal no puede hacerlo, ¿es que no se dan cuenta? ¿es que no os dais cuenta que hoy quiza os da igual pero mañana os tocará otra cosa a vosotros?
Lo siento, pero es que al menos para mí, el panorama es desolador (sobre todo viendo que hay gente que está a favor de este desastre en el que estamos convirtiendo Madrid) y que no hay nadie que se preocupe de la gente “normal”.
Editado por Set 5/11/2018 18:22