vicalvarenia dijo:
La verdad es que yo no sé qué es lo que influye para que el nuestro sea un barrio dormitorio, que lo es, pero lo cierto es que determinados negocios que se asientan en nuestras calles dejan bastante que desear.
Por poner algunos ejemplos: lo de la catedral de la fruta viene de lejos (al menos por comentado, a mí no me ha pasado jamás, bien es cierto que solo he bajado dos veces desde que está abierto, por cosas muy puntuales que necesitaba sí o sí) lo mejor para eso es el mercadillo de los jueves, ya sé que no todo el mundo tiene la mañana libre, pero para los que la tenemos es una auténtica ventaja.
No sé qué os parecerá el trato de Tiralineas, la papelería. A mí me han tratado siempre fatal, por no decir de la poca gana que tienen de trabajar, siempre con cartelitos de "vengo en diez minutos", y tú horas y horas allí plantado esperando. En esas condiciones no se puede hacer clientela fiel.
La tienda de niños que había en Molino Viejo, antes de ser traspasada funcionaba de puro milagro. Su dueña era una chica majísima, pero abría cuando le salía de ahí. Yo vivo enfrente y la he visto levantar por primera vez el cierre casi todos los días a las once de la mañana. No solía aguantar hasta las dos y por la tarde raro era el día que abría antes de las seis. La panadera de al lado se tuvo que ir, claro, con los precios que ponía me salía más barato encargar la compra a Sanchez Romero (y os prometo que no puedo permitirme comprar a esos precios, y menos cuando no tenías más que un producto de cada marca (en el mejor de los casos). Casa Elías vende productos en mal estado (a destacar las rosquillas mordisqueadas... sabrosísimas, doy fé).
Pero ¡qué quieren!? Si yo paso de mi trabajo, mi jefe me despide, si abandono mi negocio o me choteo de mis clientes me la juego y me puedo quedar con una mano delante y otra detrás. El hecho de pagar altos alquileres por los locales no les da derecho a tratarnos como gilipollas, por eso, y muy a mi pesar, me tengo que ir del barrio para comprarlo casi todo, porque paso de que se rían de mí. Y lo siento por los comerciantes justos y honrados, que haberlos los hay, pero menudas perlitas nos han caido en gracia en este barrio dormitorio tan bonito que tenemos.
No te vayas del barrio, subete al mercado de San Cipriano que tienes de todo, fruta, pescado, carne, etc. Que aunque hace años creíamos que lo iban a cerrar por la apertura de Carrefour y demás, ahí sigue, con muy buena calidad y muy buenos precios.
Viene gente de otros barrios a comprar, incluso de vallecas, que tenían el mercado de Doña Carlota y lo han echado a perder, ahora a Vicálvaro.
Saludos.