Está claro que esta es otra barrabasada del Ayuntamiento, pero quizás no sea una barrabasada más. Quiero decir que lo mismo supone un punto de inflexión en la popularidad que todavía les quede a esta gente.
Esta vez no van a fastidiar a un grupo concreto o aislado de ciudadanos, sino a todos los de la ciudad, sin que esta vez cuenten con la coartada medioambiental que usan con los cortes de tráfico.
Si no lo he entendido mal, no sólo van a retirar los contenedores pequeños de dos ruedas sino que van a sustituir los contenedores grandes de cuatro por otros más grandes, reduciendo el número de emplazamientos para concentrarlos en unos pocos. A los que hasta ahora contábamos con cuarto de basuras nos van a obligar a recorrer todos los días del año hasta 200 metros cargados con bolsas de basura, que se dice pronto y más con los inviernos de madrid. A los que no contaban con cuartos de basura también les afectará la situación, ya que a muchos la concentración de emplazamientos les supondrá tener que desplazarse aún más lejos y a otros les tocará tener un cubo de basura aún más grande enfrente de su casa apestándolo todo y siendo foco de plagas.
Supongo que en las cabezas repletas de odio de los actuales inquilinos del Ayuntamiento está el pensamiento de que eso de que el portero saque la basura es “burgués” y que esto es un acto de igualación social. Pero en Madrid contar con portero es muy habitual, dado el tamaño de las comunidades de vecinos, sin necesidad de ser edificios de lujo. De hecho conozco edificios de los años 70, con una mayoría de residentes de clase media-baja, jubilados y de movilidad limitada, que siguen el sistema de dejar la bolsa de basura en el descansillo de la escalera para que la recoja el portero y las baje al cuarto de basuras. Este cambio no será una mera incomodidad trivial en esas comunidades de vecinos. Y probablemente se produzcan noticias y fotos (de esas que destrozan la popularidad de los políticos) de ancianitos caminando 200 metros bajo la lluvia de un día de invierno, cargando con su bolsa de basura. A ver cómo explica Carmena esa foto.
Ojalá un trastorno tan grave y generalizado le abra los ojos a la gente, de cara a las elecciones de 2019, y les haga ver la realidad de lo que son los actuales inquilinos del Ayuntamiento. Pero firmaría por no tener que esperar dos años así y que, en vez de eso, en el PSOE se dieran cuenta de que todo lo que está pasando desde 2015 les va a pasar factura electoral, por ser cooperadores necesarios de todo esto, y que optasen por retirarle el apoyo a sus socios ahora que aún están a tiempo.
Editado por Ragnar 07/07/2017 10:29